¿Cómo orar por la curación de alguien más?

catolicismo

Según la tradición, Santo Tomás sentó las bases originales del cristianismo en la India. Se informa que las comunidades judías que ya estaban presentes en la India incitaron a Thomas a realizar su viaje misionero allí. Se dice que trajo consigo el aceite de la santa unción y que los cristianos de Santo Tomás todavía tienen este aceite hasta el día de hoy. Los primeros padres y eruditos mencionan el uso del santo mirón, así como una documentación de Abu’l-Barakat Ibn Kabar, un sacerdote y erudito copto del siglo XIV, en su libro Misbah az-Zulmah fi idah al-khidmah.

Llame a estas oraciones de sanación cuando esté luchando por las pruebas diarias o los desafíos que alteran la vida. Las oraciones sanas ayudan tanto al que sufre como a la persona que ora. Como alguien que está pasando por una enfermedad o una lesión, puede ser reconfortante saber que está en los pensamientos y oraciones de las personas.

• En circunstancias en las que se han agotado todas las opciones médicas seculares, o el tratamiento se ha estancado o se desconoce el diagnóstico, se llama al clero a la casa del destinatario, donde ungen con aceite la cabeza de los enfermos y proceden a imponerles las manos.
• La curación conferida por la unción es, por lo tanto, un evento espiritual que puede no resultar en una recuperación física.
• El segundo uso de la imposición de manos es en la curación por fe y en la comisión, que a su vez actúa de dos formas.
• La unción de los enfermos es una práctica explícitamente autorizada en la Biblia y la realiza el clero.

Se cree que esta sucesión de aceite sagrado es una continuidad de las bendiciones colocadas sobre el aceite desde el principio. En la actualidad, la unción real es menos común, y se practica solo en los monarcas de santa misa Gran Bretaña y Tonga. Los utensilios para la práctica a veces se consideran insignias, como la ampolla y la cuchara utilizadas en el antiguo Reino de Francia y los cuernos de unción utilizados en Suecia y Noruega.

Imposición de manos

El aceite de la santa unción de la Iglesia asiria se conoce como el Aceite del Cuerno Santo, el Aceite del Qarna o el Aceite de la Unción. Este aceite santo es una tradición apostólica, se cree que se originó a partir del aceite consagrado por los mismos apóstoles, y que por sucesión ha sido transmitido en la Iglesia hasta el día de hoy. El aceite original que los discípulos bendijeron comenzó a agotarse y se le añadió más aceite. La Iglesia Asiria cree que esto ha continuado hasta el día de hoy con la adición de aceite nuevo a medida que baja el nivel de aceite.

Según su relato, los santos apóstoles tomaron de las especias que se usaron para ungir el cuerpo de Jesucristo cuando fue enterrado, le agregaron aceite de oliva puro y oraron sobre él en la Alta Sión, la primera iglesia donde cayó el Espíritu Santo. El aceite de la santa unción de la Iglesia copta se conoce como el santo myron (‘myron’ significa mirra). Se cree que la imposición de manos para la morada del Espíritu Santo fue un rito específico de los apóstoles y sus sucesores los obispos, y a medida gloria rezo que aumentaron las regiones de misión, aumentó el número de creyentes cristianos y conversos. No era posible que los apóstoles deambularan por todos los países y ciudades para imponer las manos sobre todos los bautizados, por lo que establecieron la unción por el santo mirón como una alternativa, se cree, para la imposición de manos para el Santo. La Iglesia asiria dice que el aceite de la santa unción “nos fue dado y transmitido por nuestros santos padres Mar Addai y Mar Mari y Mar Tuma”.

El Patriarca Ya`qub, de la Iglesia Siria Malabar Nasrani, es recordado por su celebración de la liturgia y su humilde aliento a aceptar el estilo de vida sencillo. Después de consagrar el mirón sagrado en el monasterio de Mor Gabriel en 1964, el mirón sagrado fluyó del recipiente de vidrio al día siguiente y se dijo que muchas personas habían sido curadas por él.

“Amor a Dios” y “Amor al prójimo” son los Grandes Mandamientos. Platt dice que le preocupa que algunas personas “dicen que creen en Jesús, … dicen que han aceptado a Jesús, … dicen que han recibido a Jesús, pero no son salvos y no entrarán en el reino de los cielos”. Si bien afirmó que las personas que claman a Dios con fe arrepentida es fundamental para alcanzar la vida eterna, dijo que sus comentarios sobre la “oración del pecador” han sido profundamente motivados “por una preocupación por las conversiones auténticas”.

Y tener grupos de amigos o familiares orando por su recuperación puede darles fuerza cuando más la necesitan. La persona que ora llega a sentir que está ofreciendo ese consuelo y apoyo. Que están ahí para su amigo o familiar que está pasando por un momento tan difícil. El escritor anima a los creyentes a ir más allá de la oración de un pecador y “embarcarse en una vida totalmente dedicada al amor de Dios, el amor al prójimo, la práctica moral de la voluntad de Dios y el discipulado radical y costoso”.