Don espiritual

Los televangelistas a menudo les piden a los espectadores que recen una oración del pecador con ellos, una frase a la vez, para convertirse en cristianos. Con mucha frecuencia, tal oración aparece al final de un tratado y se recita en un servicio religioso u otro servicio público como una invitación para que los feligreses afirmen su fe, a veces como parte de un llamado al altar. Se dice que ocurre muchas veces todos los días en todo el mundo: en conversaciones personales entre amigos, parientes e incluso extraños; en las oficinas de los pastores; vía correo electrónico; en salas de chat en línea; además de los servicios de adoración grandes y pequeños. Debido a que en la Biblia no se encuentra tal oración o conversión, algunos eruditos bíblicos incluso han calificado la oración del pecador como una “catarata de tonterías” y una “apostasía”. David Platt ha planteado preguntas sobre la autenticidad de las conversiones de personas que utilizan la oración del pecador basándose en una investigación de George Barna.

La oración del pecador es un término cristiano evangélico que se refiere a cualquier oración de arrepentimiento, rezada por personas que se sienten convencidas de la presencia del pecado en sus vidas y tienen el deseo de formar o renovar una relación personal con Dios a través de Jesucristo. No pretende ser litúrgico como un credo o un confidente, sino que pretende ser un acto de conversión inicial al cristianismo. Mientras gloria rezo que algunos cristianos ven el recitar la oración del pecador como el momento que define la salvación de uno, otros lo ven como un paso inicial de la jornada de fe de toda la vida. La imposición de manos, conocida como el toque real, fue realizada por reyes en Inglaterra y Francia, y se creía que curaba la escrófula (también llamada “Maldad del Rey” en ese momento), un nombre dado a una serie de enfermedades de la piel.

catolicismo

También se puede rezar como un acto de “re-compromiso” para aquellos que ya son creyentes en la fe. A menudo, al final de un servicio de adoración, en lo que se conoce como un llamado al altar, un ministro u otro líder de adoración invitará a aquellos que deseen recibir a Cristo a repetir con él o ella las palabras de alguna forma de oración de un pecador. También se encuentra con frecuencia en los tratados del evangelio impresos, instando a la gente a “repetir estas palabras desde el fondo de su corazón”.

Imposición de manos

En la oración, por última vez, Jesús da cuenta de su ministerio terrenal al Padre y al orarle reitera su total dependencia del Padre. El santo murón se compone de aceite de oliva y cuarenta y ocho aromas y flores. La porción restante del aceite santo bendito anterior se vierte en el aceite recién preparado durante la ceremonia de bendición y pasa la bendición de generación en generación.

Un ensayo sobre el tema del “Ministerio de Apologética e Investigación Cristiana” afirma que “La ‘Oración del Pecador’ es, hoy, una herramienta eficaz de Satanás para engañar a las personas haciéndoles creer que son salvas cuando no lo son”. Algunos también utilizan la ausencia de ejemplos específicos de personas que rezan la “Oración del pecador” en la Biblia para argumentar santa misa en contra. Tampoco hay ejemplos de conversiones en la Biblia con personas que recen tal oración. Aunque aquellos que dicen que esto crea en el pecador una falsa sensación de seguridad, expresan una preocupación más prominente. Evangelistas como Billy Graham y organizaciones evangelísticas como Campus Crusade for Christ llevaron el concepto a la prominencia en el siglo XX.

• Según la tradición, una porción del aceite de la santa unción de Éxodo 30, que Moisés y Aarón habían bendecido, aún permanecía en el tiempo de Jesús.
• Se dice que “Hasta el día de hoy, cada vez que se prepara y bendice un nuevo lote de muron, se introducen unas gotas del anterior, de modo que el muron armenio siempre contiene una pequeña cantidad del aceite original bendecido por Moisés, Jesús Cristo y Gregorio el Iluminador “.
• Se dice que San Tadeo enterró una botella del aceite de la santa unción en Daron debajo de un árbol de hoja perenne.
• San Gregorio el Iluminador descubrió el tesoro escondido y lo mezcló con muron que había bendecido.
• Jesucristo bendijo este aceite y luego le dio un poco a Tadeo, quien llevó el aceite sagrado a Armenia y curó al rey Abkar de una terrible enfermedad de la piel ungiéndolo con el aceite sagrado.

El acto generalmente se realizaba en grandes ceremonias, a menudo en Pascua u otros días sagrados. En las iglesias bautistas, la imposición de manos se lleva a cabo después del bautismo de un creyente. Los cristianos bautistas del sur emplean la imposición de manos durante la ordenación de los clérigos, así como situaciones de llamado a la sanidad divina. La oración tiene lugar en un momento único en el ministerio de Jesús, al final de sus instrucciones finales a sus seguidores y al comienzo de su Pasión. Una vez finalizada la oración, los acontecimientos de la Pasión de Jesús y el final de su vida terrenal se desarrollan con bastante rapidez.

El rito del toque del rey comenzó en Francia con Roberto II el Piadoso, pero la leyenda más tarde atribuyó la práctica a Clovis como fundador merovingio del reino del Sacro Imperio Romano, y a Eduardo el Confesor en Inglaterra. La creencia siguió siendo común a lo largo de gloria rezo la Edad Media, pero comenzó a extinguirse con la Ilustración. La reina Ana fue la última monarca británica en afirmar poseer esta habilidad divina, aunque los pretendientes jacobitas también afirmaron poseerla. La monarquía francesa mantuvo la práctica hasta el siglo XIX.